Los cuatro centros

Alejandro Jodorowsky, explica en su libro Metagenealogía  el siguiente ejercicio, que te puede ayudar a descubrir si alguno de tus cuatro centros está siendo «invadido» por otro. Si es así, darte cuenta de esto es un gran paso para poder equilibrarlos:

Los arcanos menores del Tarot se dividen en cuatro palos (o símbolos) que representan los cuatro centros o energías fundamentales de la vida humana:

centro-intelectualESPADAS – AIRE

Nuestras ideas, nuestras creencias, nuestra capacidad para pensar el mundo.
Lenguaje: las ideas
Dinámica: concebir, creer, pensar, definir verbalmente lo que es.

 

 

 

centro-emocionalCOPAS  – AGUA

Nuestros afectos y sentimientos, toda la variedad de emociones que nos vinculan y nos separan de los demás, nuestro aprendizaje individual de las relaciones.

Lenguaje: los sentimientos

Dinámica: la del amor en todas sus formas y la de los sentimientos negativos que se apartan.

 

centro-sexualBASTOS – FUEGO

Todas las posibilidades de la actividad sexual y creativa que consistan en engendrar un ser o un proyecto (un bebé, una obra artística o cualquier otra creación).

Lenguaje: los deseos

Dinámica: crear, aunque también poder (el proceso creativo y sexual pasa por fases refractarias que nos enfrentan a la potencia y a la impotencia)

centro-materialOROS – TIERRA

Todo aquello que nos mantiene con vida, comenzando por nuestro cuerpo, su salud y su equilibrio, la circulación del dinero, el territorio donde actuamos y donde vivimos.

Lenguaje: las necesidades

Dinámica: vivir, sobrevivir, obrar entre nuestros semejantes.

  

Esta división nos permite aislar los elementos específicos que nos componen, los cuales pueden entrar en conflicto unos con otros. Los cuatro centros tiran cada uno de un lado pero sin un destino común. El primer paso para ajustar y orientar nuestras energías hacia un objetivo determinado, es identificar qué es lo que ha reemplazado a cada centro.

Sucede frecuentemente que por razones culturales, sociales o familiares, una energía se ve “colonizada” por otra.

Se podrían establecer doce variaciones o desviaciones de la personalidad al ser invadido (o colonizado) cada uno de los centros por cualquiera de los otros tres.

Cuando se emprende un trabajo sobre el yo, es muy útil preguntarse cuáles de estas desviaciones son dominantes en nosotros.

Esta lista que aparece a continuación no es exhaustiva, sino más bien un punto de partida para que reflexionemos:

  • El centro intelectual es invadido por el centro….

    • …emocional: la afectividad hace al pensamiento demasiado subjetivo, se vuelve impreciso o inconstante, se entusiasma sin motivo o, contrariamente, se desalienta, se infravalora.
    • …sexual-creativo: intelecto competitivo, obsesiones sexuales, creatividad desbordante que hace que los pensamientos se desvíen en todos los sentidos.
    • …material: pensamiento ultramaterialista, incapacidad para la abstracción, incomprensión de todo lo que sea metafísico.
  • El centro emocional es invadido por el centro…

    • …intelectual: frialdad afectiva, cálculo, incapacidad para expresar las emociones, rodeos debido a las explicaciones racionales.
    • …sexual-creativo: afectos apasionados y posesivos, celos, dependencia afectiva, obsesión sexual.
    • …material: chantaje, cálculo, manipulaciones afectivas para obtener un beneficio propio, amor a una persona por lo que tiene y no por quien es.
  • El centro sexual-creativo es invadido por el centro…

    • …intelectual: enfriamiento, ritualización extrema de la sexualidad, frigidez, impotencia sexual o creativa: se sabe inventar, analizar, pero se es incapaz de crear.
    • …emocional: la ternura ocupa el lugar de la sexualidad y se resiste a entrar en la energía del deseo, la creatividad se vuelve sentimental, la libido y la creatividad se infantilizan.
    • …material: prostitución, sobrevaloración del cuerpo o del dinero en el ámbito de la atracción sexual, creatividad orientada a la rentabilidad o, por el contrario, inseguridad material extrema que bloquea el acceso a la energía creativa y sexual.
  • El centro material es invadido por el centro…

    • …intelectual: trastornos obsesivos, la persona vive según reglas rígidas sin hacer caso de las necesidades de su cuerpo.
    • …emocional: conductas alimentarias, corporales o financieras que ponen de manifiesto una necesidad afectiva: sobrealimentación o infraalimentación, gastos irreflexivos, apego excesivo por un lugar, por una casa o por un objeto, angustias económicas o corporales absorventes.
    • …sexual-creativo: sexualización sistemática del cuerpo, obsesión por la seducción, desorden material por exceso de creatividad.

Una persona está preparada para evolucionar cuando conoce el lenguaje y la energía que corresponde a cada uno de los centros, es decir, cuando piensa con su intelecto, ama con su corazón, desea y crea con su cuerpo sexual y vive de acuerdo con sus necesidades.

Todo esto viene a significar que la toma de conciencia de las desviaciones que existen en los cuatro centros es un camino de aprendizaje.

Por ejemplo: desde el instante en que se reconoce que «mi centro emocional está invadido por el intelectual, pues no consigo expresar mis emociones y me sobrecargo con explicaciones interminables que no me sirven más que para alejarme de lo que amo», se puede comenzar a restaurar el centro afectado (el emocional, es este caso) aprendiendo a expresarnos adecuadamente. Es decir, que el intelecto no vuelva a ser invasor, sino un aliado de lo emocional.

De nuevo, un cuadro indicativo de la forma en que este proceso puede ser emprendido:

  • El centro intelectual puede aceptar como aliado el centro…

    • …emocional: aprende a escuchar, se abre a la inteligencia emocional, toma en cuenta en sus razonamientos aspectos más sutiles.
    • …sexual-creativo: descubre la creatividad mental y el placer de emitir ideas con profusión sin tener, necesariamente, que concluirlas.
    • …material: el intelecto se ancla en el cuerpo y asume su presencia, que le lleva a un silencio regenerador.
  • El centro emocional puede aceptar como aliado el centro…

    • …intelectual: escoge sus afectos, comprende los de los demás, clarifica sus emociones.
    • …sexual-creativo: descubre el placer de actuar con sus sentimientos y de crear e sí mismo y de buen grado emociones bellas o sublimes.
    • …material: aprende a amar no solamente a sus semejantes sino a todo lo que existe: todo está vivo, luego todo es digno de ser amado.
  • El centro sexual-creativo puede aceptar como aliado el centro…

    • …intelectual: aprende a conocer sus propios procesos de deseo y gozo, y también los del otro.
    • …emocional: se abre a escuchar al otro, crea y desea por amor.
    • …material: aprende a desear apasionadamente todo cuanto ya  poseía, es decir, a renovar su mirada sobre lo ya conocido. Aprende, asimismo, que el dinero o la salud no dan la dicha, sino que ayudan.
  • El centro material puede aceptar como aliado el centro…

    • …intelectual: la disciplina intelectual, moral o espiritual le permite organizar su tiempo y su existencia, teniendo en cuenta nuestra mortalidad y sin perder nuestra vida.
    • …emocional: actúa por amor y con amor, conoce el valor de la caricia, de la delicadeza en la relación directa con los demás, esa atención afectuosa que da un sabor incomparable a la vida cotidiana.
    • …sexual-creativo: introduce la belleza en su cotidianeidad, se permite ser creativo y comprende que el mejor camino para ir de un punto a otro necesariamente no tiene por qué ser el que es más corto, sino el que es más bello.

Alejandro Jodorowsky utiliza el Tarot de Marsella como herramienta de autoconocimiento. Esto es un resumen de un  ejercicio del libro: Metagenealogía de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa. Puedes comprar el libro aquí:

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